sábado, 27 de marzo de 2010

como usar el jabon y la higiene personal



Higiene Personal
La higiene personal es el concepto básico del aseo, limpieza y cuidado de nuestro cuerpo. Aunque es una parte importante de nuestra vida cotidiana en la casa, la higiene personal no es sólo acerca de tener el pelo bien peinado y cepillarse los dientes; es importante para la salud y la seguridad de los trabajadores en el sitio de trabajo. Los trabajadores que prestan atención a su higiene personal pueden prevenir la propagación de gérmenes y enfermedades, reducir su exposición a productos químicos y contaminantes, y evitar el desarrollo de alergias a la piel, trastornos de la piel y sensibilidad a sustancias químicas.

El primer principio de la buena higiene es evitar la exposición por medio de una barrera sobre la piel con el uso de equipos de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés), como guantes, overoles y botas. Es importante revisar con frecuencia los PPE para detectar exceso de contaminación, desgaste, roturas, desgarros o agujeros. Los trabajadores deben limpiar, descontaminar o reemplazar los equipos de protección con frecuencia para asegurar que no recolecten ni absorban sustancias irritantes. Si el equipo de protección se ensucia demasiado durante el trabajo, el trabajador debe parar y cambiarse a un equipo limpio.

El lavado básico de las manos y el cuidado de la piel pueden prevenir exposición y enfermedades. Lavándose bien las manos con agua y jabón ayuda a eliminar los gérmenes, contaminantes y sustancias químicas. También puede prevenir la contaminación por ingestión y la contaminación cruzada de los objetos y las superficies que tocamos.

Los trabajadores deben lavarse las manos periódicamente durante el día. En algunos trabajos, la ley exige que se laven las manos periódicamente. Es importante lavarse las manos después de usar los servicios sanitarios y antes o después de ciertas actividades. Los trabajadores deben lavarse las manos antes, después y durante la preparación de alimentos y antes de tomar sus descansos en el trabajo para comer, beber o fumar. Para controlar la propagación de gérmenes que pueden causar influenza o gripe común, los trabajadores deben lavarse las manos cada vez que tosen, estornudan o se suenan la nariz, y siempre que estén cerca de alguna persona enferma.

Lavarse las manos involucra más que un enjuague rápido bajo la llave. Para lavarse las manos correctamente, los trabajadores deben primero mojárselas bajo la llave y después usar un jabón líquido o de pastilla. Las manos se deben mantener fuera del agua hasta que se enjabone y frote toda la superficie de la piel durante al menos 20 segundos. Los trabajadores entonces pueden enjuagarse las manos con agua limpia y secárselas con una toalla desechable. Para lavarse las manos con un desinfectante de manos, los trabajadores deben aplicar una cantidad apropiada de desinfectante a la palma de la mano y después frotarse las manos entre sí hasta que queden secas, teniendo cuidado de limpiarse todas las áreas de las manos. Para algunas actividades de trabajo, los desinfectantes para las manos no son aceptables como método de lavado de manos. Bañarse y lavarse la cara después del trabajo también es una buena idea. La higiene personal correcta y la protección de las manos pueden ayudar a mantener la productividad de los trabajadores en el trabajo. Manténgase seguro con una buena higiene personal.


Definicion:

El jabon es un agente limpiador o detergente que se fabrica utilizando grasas vegetales y animales y aceites. Químicamente, es la sal de sodio o potasio de un ácido graso que se forma por la reacción de grasas y aceites con álcali.

Historia del jabón:

Existen documentos que mencionan el uso de muchos materiales jabonosos y agentes limpiadores desde la antigüedad. Los agentes purificantes que se mencionan en el Antiguo Testamento no eran verdaderos jabones, sino un producto hecho únicamente con cenizas de corteza de árbol. En el siglo I d.C., el historiador romano Plinio el Viejo describió las diversas formas de jabones duros y blandos que contenían colorantes, conocidos como rutilandis capillis, que utilizaban las mujeres para limpiar sus cabellos y teñirlos de colores brillantes. La producción de jabón era común en Italia y en España durante el siglo VIII. Alrededor del siglo XIII, cuando la industria del jabón llegó a Francia desde Italia, la mayoría de los jabones se producían a partir de sebo de cabra, con ceniza de haya que proporcionaba el álcali. Tras distintos experimentos, los franceses desarrollaron un método para la fabricación del jabón utilizando aceite de oliva en lugar de grasas animales. Alrededor del año 1500 introdujeron sus descubrimientos en Inglaterra. Esta industria creció rápidamente en ese país y en 1622 el rey Jacobo I le concedió privilegios especiales. En 1783, el químico sueco Carl Wilhelm Scheele simuló de forma accidental la reacción que se produce hoy en el proceso de hervido de la fabricación del jabón (descrito más adelante), cuando el aceite de oliva, hervido con óxido de plomo, produce una sustancia de sabor dulce que él denominó Ölsüss, pero que hoy se conoce como glicerina. El descubrimiento de Scheele permitió al químico francés Michel Eugéne Chevreul investigar la naturaleza química de las grasas y los aceites que se usan en el jabón. Chevreul descubrió en 1823 que las grasas simples no se combinan con el álcali para formar el jabón, sino que se descomponen antes para formar ácidos grasos y glicerina. Mientras tanto, en 1791, el químico francés Nicolas Leblanc inventó un proceso para la obtención de carbonato de sodio o sosa, utilizando sal ordinaria, que revolucionó la fabricación del jabón. En algunas zonas del continente americano, el jabón se hacía principalmente en el ámbito doméstico utilizando grasas animales derretidas. Sin embargo, hacia 1700, los habitantes de algunas zonas obtenían la mayor parte de sus ingresos de la exportación de cenizas y grasas empleadas en la fabricación del jabón.

Ingredientes:

Las grasas y aceites utilizados son compuestos de glicerina y un ácido graso, como el ácido palmítico o el esteárico. Cuando estos compuestos se tratan con una solución acuosa de un álcali, como el hidróxido de sodio, en un proceso denominado saponificación, se descomponen formando la glicerina y la sal de sodio de los ácidos grasos. La palmitina, por ejemplo, que es el éster de la glicerina y el ácido palmítico, produce tras la saponificación palmitato de sodio (jabón) y glicerina. Los ácidos grasos que se requieren para la fabricación del jabón se obtienen de los aceites de sebo, grasa y pescado, mientras que los aceites vegetales se obtienen, por ejemplo, del aceite de coco, de oliva, de palma, de soja (soya) o de maíz. Los jabones duros se fabrican con aceites y grasas que contienen un elevado porcentaje de ácidos saturados, que se saponifican con el hidróxido de sodio. Los jabones blandos son jabones semifluidos que se producen con aceite de lino, aceite de semilla de algodón y aceite de pescado, los cuales se saponifican con hidróxido de potasio. El sebo que se emplea en la fabricación del jabón es de calidades distintas, desde la más baja del sebo obtenido de los desperdicios (utilizada en jabones baratos) hasta sebos comestibles que se usan para jabones finos de tocador. Si se utiliza sólo sebo, se consigue un jabón que es demasiado duro y demasiado insoluble como para proporcionar la espuma suficiente, y es necesario, por tanto, mezclarlo con aceite de coco. Si se emplea únicamente aceite de coco, se obtiene un jabón demasiado insoluble para usarlo con agua fresca; sin embargo, hace espuma con el agua salada, por lo que se usa como jabón marino. Los jabones transparentes contienen normalmente aceite de ricino, aceite de coco de alto grado y sebo. El jabón fino de tocador que se fabrica con aceite de oliva de alto grado de acidez se conoce como jabón de Castilla. El jabón para afeitar o rasurar es un jabón ligero de potasio y sodio, que contiene ácido esteárico y proporciona una espuma duradera. La crema de afeitar es una pasta que se produce mediante la combinación de jabón de afeitar y aceite de coco.

Funciones:

La mayoría de los jabones eliminan la grasa y otras suciedades debido a que algunos de sus componentes son agentes activos en superficie o agentes tensoactivos. Estos agentes tienen una estructura molecular que actúa como un enlace entre el agua y las partículas de suciedad, soltando las partículas de las fibras subyacentes o de cualquier otra superficie que se limpie. La molécula produce este efecto porque uno de sus extremos es hidrófilo (atrae el agua) y el otro es hidrófugo (atraído por las sustancias no solubles en agua). El extremo hidrófilo es similar en su estructura a las sales solubles en agua. La parte hidrófuga de la molécula está formada por lo general por una cadena de hidrocarburos, que es similar en su estructura al aceite y a muchas grasas. El resultado global de esta peculiar estructura permite al jabón reducir la tensión superficial del agua (incrementando la humectación) y adherir y hacer solubles en agua sustancias que normalmente no lo son. El jabón en polvo es una mezcla hidratada de jabón y carbonato de sodio. El jabón líquido es una solución de jabón blando de potasio disuelto en agua.

A finales de la década de 1960, debido al aumento de la preocupación por la contaminación del agua, se puso en entredicho la inclusión de compuestos químicos dañinos, como los fosfatos, en los detergentes. En su lugar se usan mayoritariamente agentes biodegradables, que se eliminan con facilidad y pueden ser asimilados por algunas bacterias.

Impacto ambiental:

Los jabones son sustancias que alteran la tensión superficial (disminuyen la atracción de las moléculas de agua entre sí en la superficie) de los líquidos, especialmente el agua. Este tipo de sustancias se denominan tensoactivas. Los jabones se utilizan como agentes limpiadores debido a la estructura singular de estos iones orgánicos especiales. Cuando un objeto está sucio, casi siempre se debe a la adhesión de capas de grasa o aceite que a su vez contienen polvo y partículas extrañas. Si el objeto es lavado con agua no se elimina gran parte de la suciedad, sin embargo, cuando se agrega jabón al agua, puede disolverse para dar iones carboxilato, estos iones tienen un extremo iónico que es muy soluble en agua y un extremo de la cadena larga de hidrocarburos tiene una fuerte atracción para las moléculas de aceite y grasa, los extremos que atraen al aceite penetran en las capas de aceite y grasa y las disuelven y a su vez, los extremos iónicos se siguen disolviendo en agua, éstos tienden a hacer que se desprendan las partículas de grasa y aceite a la solución, de manera que se puedan remover. Esta clase de acción limpiadora se denomina acción detergente.

Los jabones presentan la desventaja de que si se usan en agua dura, tienden a formar sales con los cationes de los metales formando "natas" que neutralizan su acción. Una alternativa a este problema, surgió cuando se empezaron a sintetizar otros compuestos orgánicos a partir de compuestos químicos del petróleo, que tienen acción detergente por lo que se les denomina en forma genérica como detergentes. La mayoría de los detergentes son compuestos de sodio del sulfonato de benceno substituido, denominados sulfatos lineales de alquilos (las), hay otros que son los alquilbencen sulfatos de cadena ramificada (abs) que se degradan mas lentamente que los las. El extremo sulfato es soluble en agua y el extremo del hidrocarburo es soluble en aceite, cumpliendo con ésto las características de los jabones antes mencionadas. La ventaja de los detergentes es que no forman natas con el agua dura. Por su amplia utilidad los detergentes se usan tanto en la industria como en los hogares, sin embargo, puesto que se emplean en grandes cantidades constituyen una fuente de contaminación del agua. En cuanto a la biodegradabilidad, tanto los detergentes como los jabones son biodegradables, pero la biodegradabilidad se ve limitada si estos compuestos se encuentran en exceso en un cuerpo de agua.

En el mercado se encuentran cuatro tipos de detergentes sintéticos: detergentes aniónicos, que contienen comúnmente como grupos solubles, sulfatos y sulfonatos de sodio; detergentes catiónicos, que son principalmente compuestos cuaternarios de amonio, detergentes no iónicos como los productos de condensación del óxido de etileno con materiales fenólicos o ácidos grasos y detergentes biológicos los cuales contienen enzimas para eliminar algunos tipos específicos de manchas de la ropa.

Los detergentes aniónicos y especialmente los sulfonatos, son los que se utilizan más, cuestan poco y son estables en aguas duras. Los detergentes catiónicos poseen las mejores propiedades bactericidas y bacteriostáticas, pero son bastante caros y sólo se usan en instituciones de salud para limpieza de utensilios. Los detergentes no iónicos tienen una aplicación industrial algo mayor que la doméstica. Por ultimo los detergentes biológicos, a los cuales se les llama así cuando además de contener uno de los surfactantes (las ó abs) contienen enzimas con lo cual proporcionan mayores ventajas en el lavado de la ropa; se encuentran muy distribuidos en el mercado a precios accesibles.

Uno de los principales problemas que causa el uso de detergentes, es que los de tipo comercial deben contener ciertos aditivos que se pueden convertir en graves contaminantes del agua. Entre los principales aditivos están pequeñas cantidades de perfumes, blanqueadores, abrillantadores ópticos, estos últimos son tinturas que le dan a la ropa un aspecto de limpieza; y los agentes espumantes; es importante recalcar que la producción de espuma de un detergente esta determinada por el tipo de surfactante que éste contenga, así de este modo, los surfactantes aniónicos producen abundante espuma, los surfactantes catiónicos producen una cantidad muy limitada de espuma y los surfactantes no iónicos casi no producen espuma, además de que la formación de espuma es ayudada por ciertos aditivos espumantes que se agregan a la fórmula, ya que la gente tiende a relacionar la capacidad de producción de espuma con la capacidad limpiadora, aunque la producción de espuma no tiene nada que ver con la eficacia del detergente. Además de los antes mencionados, el principal aditivo de los detergentes es un compuesto llamado tripolifosfato de sodio, al que se le denomina en forma genérica como fosfato. Actualmente se encuentran en el mercado los llamados detergentes antibacteriales, los cuales contienen agentes bactericidas, esto en parte es bueno pero si se usa este detergente en exceso, entonces el agente bactericida llega a los cuerpos de agua y mata una buena proporción de los microorganismos presentes en éste, disminuyendo la capacidad de los microorganismos para degradar al detergente.

Hasta 1970 un detergente típico de lavandería de gran potencia contenía 50% de tripolifosfato de sodio (fosfato) y sólo un 18% de las (Dickson, 1980), que como se mencionó anteriormente es el las el que tiene la acción detergente, desde entonces algunos fabricantes han reducido el porcentaje de fosfatos. El aditivo de fosfato (tripolifosfato de sodio) se le conoce como formador, estos formadores tienen tres funciones básicas: primero, actuando como bases, hacen que el agua de lavado sea básica esto es, un pH alto necesario para la acción del detergente; en segundo lugar, los fosfatos reaccionan con los iones del agua dura, como los iones calcio y magnesio, en tal forma que éstos no llegan a interactuar con el detergente, no limitando así su acción limpiadora, y en tercer lugar, ayudan a mantener las grasas y el polvo en suspensión para que se puedan eliminar durante el lavado.

El inconveniente empieza cuando ya se ha desechado el detergente fosfatado, los fosfatos son arrastrados por el drenaje y la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas negras no están diseñadas para eliminar fosfatos y por lo tanto, éstos pasan al medio ambiente acuático a través del efluente de las agua negras. Se calcula que alrededor del 50% de los fosfatos de las aguas negras provienen de los detergentes, el porcentaje restante se deriva de compuestos fosforosos de desechos humanos y animales y fertilizantes de fosfato. El problema de los fosfatos, es que actúa como elemento nutritivo para algas y plantas acuáticas, lo que a su vez provoca la degradación de las aguas naturales.

Entre otros aditivos importantes se encuentran los enzimas, los cuales por lo general son sustancias de naturaleza proteínica, que se encargan de catalizar las reacciones en los seres vivos. La tecnología de enzimas en los detergentes se desarrolló a partir de la década de los años 60, como una herramienta más de éstos para atacar ciertos sustratos (generalmente protéicos) específicos. Las más comunes son las llamadas proteasas, las cuales degradan restos de proteínas; y las lipasas que pueden atacar restos de sustratos lípidos que son los que comúnmente se adhieren a la ropa y a ellas se les adhieren el resto de la suciedad como polvo, restos de otros compuestos orgánicos etcétera. Los detergentes que contienen enzimas se les llama detergentes biológicos.

Principales problemas ocasionados por desecho desmedido de los detergentes.

Dentro de los principales problemas podemos mencionar los siguientes:

Espuma:

En las plantas de tratamiento de agua provoca problemas de operación, afecta la sedimentación primaria ya que engloba partículas haciendo que la sedimentación sea más lenta, dificulta la dilución de oxígeno atmosférico en agua y recubre las superficies de trabajo con sedimentos que contienen altas concentraciones de surfactantes, grasas, proteínas y lodos.

Toxicidad en la agricultura:

Al utilizar aguas negras que contengan detergentes para irrigación, se pueden contaminar los suelos y por consiguiente, los cultivos. Así por ejemplo se ha observado que el abs inhibe en un 70% el crecimiento de las plantas como el girasol en concentración de tan sólo 10 ppm. y en un 100% a 40 ppm.

Toxicidad en la vida acuática:

No es posible dar un valor límite de toxicidad debido a que la sensibilidad de cada organismo varía con relación a la especie, tamaño, tipo de detergente y otros factores físicos del medio ambiente.

Eutrificación:

La palabra proviene del griego "bien alimentado"; constituye un proceso natural de envejecimiento, en el que el lago sobrealimentado acumula grandes cantidades de material vegetal en descomposición en su fondo. Esto tiende a llenar el lago y hacerlo menos profundo, más tibio y con gran acumulación de nutrientes. Las plantas se apoderan del lecho del lago conforme se va llenando y se convierte poco a poco en un pantano para transformarse por último en un prado o un bosque. Es un proceso natural de envejecimiento de un lago que se puede desarrollar en un periodo de cientos de años. Al ingresar grandes cantidades de detergentes, de los que aproximadamente como vimos anteriormente el 50% en peso son fosfatos, los cuales son excelentes nutrientes para las plantas, y éstos sumados con los nutrientes ya existentes en un cuerpo de agua, se acelera el proceso de eutrificación antes mencionado, a tan sólo cuestión de unas décadas. Si hay un excesivo crecimiento de las plantas acuáticas, éstas tienden a cubrir la superficie del cuerpo de agua, impidiendo el libre intercambio de oxígeno y bióxido de carbono; al morir estas plantas, se descomponen en el lago consumiendo el oxígeno presente en éste, al cabo de un tiempo ya no hay oxígeno disponible y la descomposición tiene que hacerse de forma anaerobia, esto es, en ausencia de oxígeno, dando por consecuencia productos secundarios como metano, amoniaco, sulfuro de hidrógeno y otros compuestos que le confieren al cuerpo de agua un olor desagradable. Otro factor que se debe tomar en cuenta, es que los peces presentes en el cuerpo de agua también necesitan oxígeno disuelto en el agua para poder respirar y si éste se consumió con la degradación de las plantas muertas, entonces también los peces morirán. Todos estos procesos implican como consecuencia una degeneración de la calidad de las condiciones, tanto del agua como de la vida animal y vegetal del cuerpo de agua.

Desperdicio de fósforo:

Otra desventaja de usar grandes cantidades de fosfatos en los detergentes, es que el fósforo es uno de los elementos vitales necesarios para el crecimiento de cultivos alimenticios y que se utilizan profusamente en fertilizantes que contienen fósforo en forma de fosfato. Sin embargo, las fuentes de fosfatos son limitadas y a futuro se podrían reducir al grado en que se pudiera afectar la producción de alimentos. En vista de esto, el uso de fosfatos en los detergentes, en forma desmedida, constituye un desperdicio de uno de los recursos más importantes en la naturaleza y una fuente de contaminación importante.

Efectos de enzimas activas:

Como se mencionó anteriormente, algunos detergentes contienen enzimas, las cuales atacan sustratos orgánicos específicos. El problema se presenta al usar exceso de estos detergentes, con lo cual se desechan enzimas activas al drenaje, las cuales al llegar a los cuerpos de agua provocarán daños en los seres vivos presentes en éstos, por acción directa sobre ellos o sobre los nutrientes que componen su dieta alimenticia.

Otros efectos:

Entre otros efectos secundarios producidos por los detergentes es que afectan procesos de tratamiento de las aguas residuales, por ejemplo: cambios en la demanda bioquímica de oxígeno y en los sólidos suspendidos, efectos corrosivos en algunas partes mecánicas de las plantas, interferencias en el proceso de cloración y en la determinación de oxígeno disuelto y algunos aditivos en los detergentes pueden intervenir en la formación de flóculos (agrupaciones de partículas suspendidas).


Fabricación:

Saponificación:


Preparación de un jabón:

En general un jabón es una sal sódica o potásica de ácidos grasos. Se obtiene por hidrólisis alcalina de ceras, grasas, cebos y aceites, una cera es un éster natural de peso molecular alto formado por alcoholes monohidroxilados de cadena lineal larga y ácidos grasos superiores de cadena recta. A temperatura ambiente son sólidos.

La saponificación consiste en la hidrólisis alcalina de un éster.

El alcohol monohidroxilado produce en la saponificación de la cera, y el glicerol en el caso de una grasa, se recuperan de las aguas madres por destilación en vacío.

En la preparación de jabones solubles si se emplea KOH se obtienen los llamados “jabones blandos” y con NAOH “jabones duros”. Algunas veces emplean hidróxido de amonio.

Cuando se saponifica con hidróxidos de hierro, calcio, magnesio, plomo, cobre y otros metales, se obtienen jabones insolubles que no tienen acción detergente.

La acción detergente o limpiadora de los jabones se debe a que disminuyen la tensión superficial del agua (desde 71,8 dinas/cm2 a 25 ºC, para el agua pura, hasta 25 a 30 dinas/cm2). Esto se atribuye a que la parte hidrófila (-COONa) del jabón se disuelve en agua, y la otra parte hidrófoba (R) de la molécula, va formando emulsión alrededor de las partículas de suciedad, las cuales pueden ser arrastradas por el agua, algunos agentes tensoactivos se emplean comúnmente tales como los detergentes y sales de amonio cuaternarias. En estos últimos la carga del ión responsable de la misma acción en un jabón ordinario. Esto es, los jabones comunes son limpiadores aniónicos y las sales de amonio cuaternario son limpiadoras catiónicos y conocidos como jabones invertidos, general mente son germicidas.

A veces se emplea trietanolamina para formar jabones pero en este caso estos jabones son solubles en agua y en solventes orgánicos.

Reactivos:

40 ml. de grasa vacuna fundida

70 ml de solución de Na (OH) al 40%

70 ml de solución saturada de ClNa

Parte experimental:

Coloque en un recipiente 100 gr de grasa vacuna y caliente hasta que funda. Adicione 35 ml de una solución de Na (OH) al 40%. Caliente con una llama pequeña agitando continuamente durante tres minutos para acelerara la saponificación, añada los 35 ml restantes de la solución de Na (OH) al 40% y continúe calentando por un espacio de 20 minutos. Agregue 70 ml de solución saturada de ClNa mientras se lo calienta por un espacio de 3 a 5 minutos.

Por ultimo lo pasamos a un vidrio reloj con un papel filtro y lo presionamos con otro papel colocado encima para poder secarlo.

Reacción de saponificación:


O

H2C O C R

CH2OH R COO Na

HC O C R´ + 3 NaOH aq. CHOH + R´ COO Na

CH2OH R´´ COO Na


O Glicerol Sales sódicas

de ácido graso

H2C O C R´´ (jabón)

Triacilglicerol




Objetivo:

Separar el glicerol (1, 2,3 propanotriol) del ester que forman la grasa.


informacion sacada de la pagina :

http://html.rincondelvago.com/jabon_1.html

videos:

http://www.youtube.com/watch?v=o6TDQGyE8RE
http://www.youtube.com/watch?v=xxXRS7aUhc8&feature=fvw

jueves, 25 de marzo de 2010

EL JABON LIQUIDO


*MATERIA PRIMA:

AGUA 716 c.c. COLOR - ANILINA (VEGETAL) 1 gramo TRIETANOLAMINA 3 c.c. FRAGANCIA 10 c.c. GENAPOL LRO 48 c.c. GLICERINA 29 c.c. EDTA 2 c.c. BENZOATO DE SODIO 3 gramos DETERSIN 191 c.c. METIL CELULOSO 5 gramos

*PROCEDIMIENTO:

En un recipiente plástico de 10 litros colocamos los 716 c.c. de agua, al cual le agregamos los 3 gramos de Benzoato de Sodio los cuales medimos con la gramera, proceda a revolver muy bien. Luego se agregan los 5 gramos de Metil Celuloso, previamente medidos en la gramera, y se procede a revolver continuamente por 5 minutos con la cuchara de palo. Luego le agregamos los 3 c.c. de Trietanolamina. (Este elemento los podemos medir con la probeta de 10 c.c.), y seguimos revolviendo muy bien hasta que espese. Luego agregamos el Detersin (191 c.c.), previamente medidos con la probeta, y seguimos revolviendo muy bien. Luego agregamos el Genapol (48 c.c.), previamente medidos, y seguimos revolviendo muy bien. Luego agregamos la Glicerina (10 c.c.), previamente medidos, y seguimos revolviendo muy bien. En un segundo recipiente (Beakers) plástico graduados para líquidos de 250 c.c., ponemos un poquito de agua y mezclamos 2 c.c. de Edta con 1 gramo de anilina. Y se le adiciona a la mezcla principal y se revuelve muy bien. Y se le adiciona a la mezcla principal los 5 c.c. de fragancia, revolviendo muy bien. Revolvemos bien todo con la cuchara de palo y empacamos con la ayuda del embudo.

Hoy en día, los jabones artesanales y naturales han vuelto a ponerse de moda, y así lo vemos, con la proliferación de tiendas que venden este tipo de productos. La fabricación de jabón frío ha sido el método favorito en las cocinas durante casi treinta años. El proceso en caliente es nuevo y poco conocido, lo cual genera inseguridad y rechazo. Pero, en realidad, el procedimiento con calor es muy sencillo y basta con un poco de experiencia para que todo resulte igual de fácil.
Un poco de historiaSe dice que fue en Roma donde apareció el jabón por primera vez. Fue por casualidad, al contemplar cómo al caer la lluvia sobre la grasa de los animales sacrificados, brotaba espuma. Desde hace más de 5.000 años los israelíes ya lo incluían dentro de sus propias leyes para determinar la higiene personal y se cree que los fenicios lo trajeron a Europa en el año 600 antes de Cristo. Con la caída del Impero Romano, la fabricación de jabón desapareció en el Continente y no fue hasta el siglo XVI cuando comenzaron a desarrollarse nuevas técnicas con las que obtendrían un jabón más puro.
Una de las creencias más difundidas por todo el mundo y menos acertada, es que en la Edad Media la higiene no se valoraba. Por el contrario, fue en esa época cuando proliferaron los baños públicos y las clases más privilegiadas contaban con los suyos propios. Fue en la Baja Edad Media cuando los baños empezaron a cerrarse, y ya durante el Renacimiento, la gente se limitaba a perfumarse para cubrir los olores.
Desde entonces, la elaboración del jabón ha pasado por muchas fases: la aportación de los norteamericanos, el descubrimiento de nuevas técnicas, el desarrollo de la química, su industrialización y comercio, pero sobre todo, su inclusión en nuestras vidas como un elemento indispensable para nuestra higiene y salud
.


INFORMCION SACADA DE LA PAGINA
http://www.bricolajeyhogar.com/manualidades/?pagina=038_038


videos
http://www.youtube.com/watch?v=wonj0lD34Zw&feature=related
http://www.youtube.com/watch?v=OqXsfnEbbUc


juegos

http://www.juegos.com/juego/Pet-Grooming-Studio.html

miércoles, 24 de marzo de 2010

FORMULA QUIMICA DEL JABON Y SU EXPLICACION


¿Qué es el jabón?
El jabón es el resultado de la reacción de un álcali fuerte (base fuerte) con ácidos grasos (aceites y/o grasas vegetales, por ejemplo); a este proceso se le llama “saponificación“.
No se si es estrictamente correcto, porque mis conocimientos de química son limitados, pero yo considero que el jabón es una Sal de Ácido Graso. O sal de grasa. Al fin y al cabo, si mezclas un álcali fuerte (NaOH) con un ácido fuerte (HCl), obtienes agua y sal (NaOH + HCl -> NaCL + H2O); en este caso, y de forma similar, obtienes
glicerina y jabón (NaOH + ÁcidoGraso -> Na-AcidoGraso + Glicerol).
En la figura superior se pueden ver gráficamente como una molécula de grasa sumada a sosa cáustica reaccionan para crear una molécula de jabón (sales de sodio de los ácidos grasos), junto con glicerina.
Los aceites y grasas están formados por la unión de ácidos grasos y glicerina; durante la saponificación se separan los ácidos grasos (de los cuales surje el jabón) y la glicerina. Cuando el jabón se realiza utilizando procesos industriales, se obtiene separadamente la glicerina y el jabón puro; en cambio cuando en casa hacemos “jabón artesanal”, realmente se trata de jabón con cierta proporción de glicerina, que no se puede separar fácilmente. Esto no supone ningún problema, y de hecho la glicerina se añade habitualmente de nuevo a los jabones industriales porque se utiliza en la industria cosmética como emoliente e hidratante..
¿Por qué limpia el jabón? ¿Cómo funciona?
Las moléculas de jabón tienen un extremo hidrófilo (cola) y otro extremo lipófilo (cabeza). Si mezclamos vigorosamente agua jabonosa con grasa, esta última se separará en pequeñas gotitas que quedarán rodeadas por moléculas de jabón: la cabeza (lipófila) de cada una de las moléculas de orienta hacia la grasa, y la cola (hidrófila) hacia el agua. A esta disposicion se la denomina
micela.
Micela: molécula de grasa separada el agua por moléculas de jabón (ver las cabezas y colas).
Todos sabemos que si tenemos las manos manchadas de grasa e intentamos limpiárnoslas sólo con agua, no vamos a conseguir más que quitar la capa más superficial de la grasa; el resto quedará pegada a la piel, porque el agua no se mezcla con la grasa y es incapaz de separarla de la piel (o de una prenda, etc.). En cambio, si usamos agua jabonosa, el jabón rodea a las gotitas de grasa y las mantiene en suspensión en agua (a esto se lo suele denominar “
emulsión“), desprendiéndose con facilidad bajo el grifo (o en la lavadora).
INFORMACION SACADA DE LA PAGINA:
DONDE PUEDES CONSEGIR MAS INFORMACION

martes, 16 de marzo de 2010

jabon artesanal


Historia

El jabón ya era utilizado desde el año 2.800 a.C De esta época data un material jabonoso encontrado en unos cilindros de arcilla durante una excavación arqueológica en la ciudad de Babilonia. En estos cilindros había unas tallas que describían el proceso de hervir las grasas con ceniza, método ancestral de fabricación de jabón. Durante la edad media el jabón era un artículo muy caro, por lo que su empleo era limitado. Recién en el siglo XIX que se difundió el uso del jabón en Europa y luego en el resto del mundo.




Lo necesario para empezar


Base de jabón moldeable: por cada medio kilo de jabón que compres, obtendrás
alrededor de seis pastillas.
Un cuchillo: los cortadores de pasta también sirven.
Un hervidor para el baño maría o un microondas.

Un recipiente para derretir y mezclar los ingredientes (mejor de cristal o de plástico). Cualquiera resistente al calor o al microondas sirve.
Un utensilio para remover la mezcla como, por ejemplo, una cuchara de madera.
Colorante. La cantidad que deberás utilizar estará en función de la intensidad del color que desees obtener.
Fragancia. Necesitarás de 1 a 3 cucharadas por cada medio kilo de jabón.
Cucharas de diversos tamaños para calcular las cantidades de perfume, a poder ser de metal, ya que las de plástico podrían estropearse por el contacto con la fragancia.
Un molde. Tienes dos opciones: comprar un molde especial para jabón o velas, o bien servirte de cualquier recipiente que tengas a mano, siempre y cuando sea flexible, como por ejemplo, la base de un cartón de leche o un envase de plástico.
Un vaporizador de alcohol isopropílico, o alcohol para fricciones, que podrás encontrar en la mayoría de droguerías.


Materiales complementarios

Si bien no son imprescindibles, no viene mal disponer de:
Una balanza.
Un termómetro: los que se usan para fabricar velas son una elección adecuada, así como aquellos que puedan medir desde los 27º C hasta los 120º C.
Un pliego de papel grande, papel de estraza o papel encerado para utilizar como superficie de trabajo.
Un surtido de recipientes para derretir el jabón o un solo recipiente con varios compartimentos para mantener separados los jabones de diferentes colores. Preferiblemente recipientes de vidrio transparente o para microondas.
Palillos de bambú, palillos dentales, herramientas de alfarería y otros objetos afilados para remover, agujerear y modelar el jabón.
Juguetes, sellos de goma y una serie de elementos para estampar o acompañar el jabón.
Hierbas aromáticas, aditivos nutricionales (como el aceite de almendra dulce o la manteca de karité), champú, sales de baño y demás cosméticos exóticos que tengas a tu alcance.
Recipientes de plástico, moldes para velas, tubos de plástico, cubiteras y demás materiales flexibles que puedan hacer la función de molde.
Cinta adhesiva, papel, bolsas de celofán, cajas y demás materiales con los que puedas adornar y envolver el producto final.
Una libreta o bloc de notas para llevar a cabo un archivo de tus proyectos.


¿Cómo hacer jabón moldeable?

Una vez que hayas comprado todo lo necesario, hayas preparado la superficie de trabajo y ordenado todos los materiales para mayor comodidad, sólo te hará falta saber cómo empezar. Los seis pasos básicos para elaborar jabón son:
1. Derretir la base jabonosa. 2. Añadir el color. 3. Añadir las fragancias. 4. Mezclar con otros aditivos, si procede. 5. Verter en moldes. 6. Desmoldar, usar y… ¡disfrutar!
Para calcular la base jabonosa que debemos utilizar, llenaremos de agua el molde. Luego la verteremos en un cuenco y usaremos un trozo de cinta adhesiva para marcar la altura del agua. Calcula por lo bajo la cantidad de jabón que crees que vas a necesitar, derrítelo en el microondas o al baño maría y, a continuación, ponlo en el cuenco. Si el jabón todavía caliente no llega a la altura de la cinta adhesiva, añade un poco de jabón sin derretir (que acabará deshaciéndose por el calor). Este método resulta más sencillo si utilizas un medidor.

Primer paso: derretir la base jabonosa


Cortar: corta la base moldeable con un cuchillo de cocina, como si fuera un trozo de queso. Si sabes cuántos gramos de jabón caben en tu molde y tienes una balanza para pesar la base jabonosa, podrás cortar la cantidad exacta que necesitas. Otra opción es hacerlo a ojo de buen cubero. Si te sobra jabón cuando has acabado, lo dejas enfriar en el cuenco. El jabón moldeable se puede recalentar y derretir repetidas veces.

Derretir: la mayoría de la gente derrite el jabón al baño maría o en el microondas. Si lo haces al baño maría, espera a que se derrita la mayor parte, a continuación apaga el fuego, cubre el cazo y espera hasta que el jabón que todavía está sólido se derrita por sí mismo lentamente.
En el microondas: derrite el jabón en un recipiente para microondas hasta el punto exacto en que pasa a estado líquido. Asegúrate de que la cantidad que vas a usar cabe en el recipiente. Caliéntalo en períodos de tiempo de 15 ó 20 segundos, removiendo entre proceso y proceso. Es conveniente tapar el recipiente mientras se calienta.
Ahora pon el jabón en un recipiente de cristal o de plástico transparente. Emplearás este mismo cacharro para añadir las fragancias y los tintes, y si es transparente, podrás saber con exactitud qué color has obtenido. La gracia de la base moldeable está en que se puede derretir una y otra vez, de manera que puedes utilizar las cantidades que te sobren en futuros proyectos


Calentamiento

Sea cual sea el método utilizado, no sobrecalientes el jabón. Si lo haces, pueden surgirte muchas complicaciones. En primer lugar, podrías quemarlo, haciendo que su base se volviera de color ámbar. También corres el riesgo de deshidratar la base o de hacerla más viscosa y opaca. Si añades colorante o esencia a una base que esté muy caliente, ésta hervirá enseguida y posiblemente se derramará, lo cual siempre es un peligro.
Recuerda, por último, que un sobrecalentamiento causa todo tipo de problemas técnicos: pueden derretir los objetos que hemos incluido en el jabón, así como deformar el molde, que tardará mucho más tiempo en enfriarse. Cuando ya sólo nos falta desmoldar la pieza para ver nuestra nueva obra de arte, la espera final puede resultar interminable...
Advertencia: el jabón caliente quema, igual que el agua hirviendo o la cera. Es conveniente llevar gafas de protección y guantes cuando manipules el jabón.

Segundo paso: añadir fragancias

Calcula la cantidad de fragancia con una cuchara de medición: añade de 1 a 3 cucharaditas por cada 1/2 k. de jabón (2% de fragancia aproximadamente) y remueve bien. Si no lo mezclas correctamente, la pastilla podría tener manchas de fragancia concentrada que podrían irritar la piel. Para perfumar el jabón puedes utilizar cualquier sustancia que no irrite la piel: tu perfume favorito, un aceite esencial, etc.

No emplees productos no aptos para uso tópico, como lo son algunos aceites para inciensos y popurrís. En caso de duda, no utilices el producto, o bien, haz una prueba sobre la piel para cerciorarte de que no hay peligro de irritación.
Es recomendable que perfumes el jabón antes de añadir el colorante, ya que el color de la fragancia y los aceites esenciales influirán sobre el aspecto final. Si quieres obtener una pastilla azul y le añades colorantes de este tono a tu jabón de limón, quedarás decepcionado al ver que éste se vuelve de color verde.


Tercer paso: añadir color

Existen diferentes tipos de colorantes: el líquido es el más práctico. Añádelo poco a poco y remueve hasta lograr el color deseado. Si utilizas colorantes sólidos, derrítelos primero en un cuenco aparte y añádelos a continuación al jabón. Si no, usa un cuchillo para cortarlo en trocitos y después echaéstos en el jabón derretido, removiendo bien hasta que quede todo mezclado.
Los colorantes en polvo pueden añadirse a veces directamente a la base jabonosa derretida. No obstante, procura que no se formen grumos. Aún así, lo más recomendable es mezclar aparte el colorante en polvo con agua y después añadirlo al jabón, hasta conseguir la intensidad de color deseada.

Cuarto paso: otros aditivos

Personaliza tu jabón añadiendo aditivos líquidos como aceite de almendras y vitamina E, o sólidos como la avena y la lufa en polvo. Al incorporar líquidos, mide la cantidad con una cuchara y añádelo al jabón derretido. Remueve bien durante 30 segundos. La cantidad depende mucho del aditivo.
Si no estás seguro, haz una pastilla de jabón de prueba utilizando sólo una cucharadita de aditivo por medio kilo de jabón y vuelve a hacer la prueba con una cucharada normal. Compara las dos pastillas obtenidas y así sabrás qué proporción te interesa más. Un exceso de aditivos le dará un aspecto irregular al jabón, lo enturbiará o aparecerán grumos.
Los aditivos sólidos, como la avena, tienden a bajar al fondo del molde cuando se vierte el jabón. Si te gusta así, perfecto. Si prefieres que quede repartido uniformemente, no viertas el jabón en el molde mientras esté todavía caliente, es mejor dejarlo enfriar en el cuenco, mientras remueves suavemente la mezcla de jabón y aditivo. Cuando se haya espesado, será el momento de ponerla en el molde.


Quinto paso: poner en moldes


Vierte el jabón directamente desde el cuenco al centro del molde. A continuación, pulveriza la superficie con alcohol para evitar que se formen burbujas indeseadas. Como moldes, puedes utilizar muchos artículos que encuentres en casa. Si bien es cierto que usar un molde de plástico para jabón o para velas es lo más adecuado, a veces no se puede evitar caer en la tentación de reciclar todo tipo de recipientes que tengamos en los armarios de la cocina.
Por ejemplo, los envases de yogures, la mitad inferior de los cartones de leche, los moldes de tartaletas y galletas... Te ahorrarás problemas si escoges moldes que tengan cierta flexibilidad y que permitan desmoldar el jabón fácilmente cuando se enfríe. El plástico, los envases de metal fino y los papeles resistentes al agua funcionan muy bien como moldes. En cambio, el cristal o la cerámica son demasiado rígidos. Si quieres usar un molde rígido, te recomendamos que antes pulverices el interior con un agente graso (como vaselina) que sirva para evitar que el jabón se adhiera a las paredes.
Desmoldar, usar y disfrutar

Dependiendo del tamaño de la pastilla y de la temperatura a la que estaba la base cuando la pusimos en el molde, el jabón se endurecerá en un espacio de tiempo que oscila entre 15 minutos y 2 horas. Sabremos si está duro presionando suavemente la superficie.
Parael congelador durante 10 minutos y después pasa el molde por agua caliente.
En cuanto
== G Alcohol: 1-4 cucharadas. Permite ablandar el jabón. En el producto final tiende a perderse la fragancia y puede resecar la piel. Si añadimos demasiado, el jabón obtenidguen potenciar la espuma, pero también oscurecen el jabón.
Agua salada (una parte de agua por dos de sal): de 1 cucharada a 1 taza. Endurece el jabón, pero si le añadimos la sal directamente, puede resquebrajarse. Tendremos que calentar un poco el jabón para disolver totalmente el agua salada.
Sorbitol: 1-2 cucharadas. Es el mejor aditivo para ablandar, aunque en exceso el jabón quedará pegajoso.

Resolución de problemas

Las técnicas de la elaboración artesanal del jabón son muy sencillas y hay muy pocas cosas que puedan ir mal. A continuación, se definen los problemas más frecuentes con los que se puede encontrar un principiante.
Si el jabón se agrieta o se resquebraja es por sobrecalentamiento. También puede suceder por pérdida de humedad o porque haya estado en el congelador o a temperatura ambiente en el exterior durante el invierno. Para solucionarlo, basta con añadir un 5% de agua o un 10% de glicerina y volver a derretirlo.

Cuando se derriten los objetos que incorporamos al jabón es porque éste está demasiado caliente o los objetos son demasiado finos. Lo tendremos en cuenta evitando elementos demasiado frágiles y usando el jabón más frío. También puede pasar que los objetos se salgan de la pastilla obtenida. Para evitarlo, pulverizaremos con alcohol los elementos antes de echarlos a la base jabonosa o probaremos con jabón más caliente.
Asimismo, cuando se introducen los aditivos a un jabón demasiado caliente, éstos pueden quedarse al fondo de la pastilla. No sucederá si dejamos enfriar el jabón lo máximo posible antes de ponerlo en el molde. Podemos probar añadiendo una cucharada de agua helada al jabón justo antes de ponerlo en el molde, para que se enfríe más rápidamente.
Si el jabón se cubre de un líquido pegajoso o tiene una textura algodonosa es porque la glicerina atrae la humedad del aire y hace que aparezcan gotas en la superficie. En el caso de que esto suceda, pasaremos un trapo sin pelusilla por el jabón, lo pulverizaremos con alcohol y lo envolveremos en plástico.

Cuando el jabón huele raro suele deberse al uso de una base jabonosa de mala calidad o a un sobrecalentamiento (olor a quemado). Evitaremos el problema cambiando de material y cuidando la temperatura de la cocción. También puede surgir una especie de copos de nieve cristalinos debido a la baja calidad de la base. Para solucionarlo, volveremos a derretirla y añadiremos un cuarto o media taza de agua por cada medio kilo de jabón.
También podemos tener incidencias con el colorante. El jabón puede desteñir (colorantes solubles en agua) o quedarse opaco (no soluble en agua). Para evitarlo, lo mejor es cambiar de colorante por uno soluble o no soluble, dependiendo del problema








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jabones perfumados


Historia


El jabón ya era utilizado desde el año 2.800 a.C De esta época data un material jabonoso encontrado en unos cilindros de arcilla durante una excavación arqueológica en la ciudad de Babilonia. En estos cilindros había unas tallas que describían el proceso de hervir las grasas con ceniza, método ancestral de fabricación de jabón. Durante la edad media el jabón era un artículo muy caro, por lo que su empleo era limitado. Recién en el siglo XIX que se difundió el uso del jabón en Europa y luego en el resto del mundo. Tanto los jabones de tocador como los detergentes parten de la misma base, la diferencia está en que los jabones se fabrican a partir de sustancias naturales, como grasas animales y vegetales, mientras que los detergentes se elaboran a partir de materias primas sintéticas. El jabón es básicamente una sal obtenida de las grasas, que resulta soluble en el agua. La saponificación es la reacción de una solución alcalina con las grasas animales y vegetales




Necesitas


jabón de mar sella 200g

jengibre en polvo 10g

flor de manzanilla 20g

jabón en polvo (cosmético) 40g

aceite esencial de manzanilla 30gotas

aceite esencial de jengibre 30gotas

desmoldante o glicerina pura 10 cc





Pasos



1 Derrite el jabón de Mar sella en el microondas. Retira.

2 Agrega el jengibre al jabón en polvo especial para jabones artesanales.

3 Incorpora la manzanilla y mezcla los ingredientes secos.

4 Agrega glicerina líquida para emulsionar.

5 Perfuma con esencia de manzanilla y de jengibre. Mezcla bien.

6 Coloca unas gotas de colorante amarillo para jabón.

7 Vierte el preparado en el molde, previamente untado con desmoldante para jabones o vaselina.

8 Deja secar por 24 horas y desmolda.




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el jabon

HISTORIA



El jabón ya era utilizado desde el año 2.800 a.C De esta época data un material jabonoso encontrado en unos cilindros de arcilla durante una excavación arqueo lógica en la ciudad de Babilonia. En estos cilindros había unas tallas que describían el proceso de hervir las grasas con ceniza, método ancestral de fabricación de jabón. Durante la edad media el jabón era un artículo muy caro, por lo que su empleo era limitado. Recién en el siglo XIX que se difundió el uso del jabón en Europa y luego en el resto del mundo. Tanto los jabones de tocador como los detergentes parten de la misma base, la diferencia está en que los jabones se fabrican a partir de sustancias naturales, como grasas animales y vegetales, mientras que los detergentes se elaboran a partir de materias primas sintéticas. El jabón es básicamente una sal obtenida de las grasas, que resulta soluble en el agua. La saponificación es la reacción de una solución alcalina con las grasas animales y vegetales (sebo y aceites)


¿PORQUE HACER JABÓN ?



Porque el aceite que sobra en el hogar y se tira por el fregadero termina en nuestros ríos. Una vez allí forma una película que no permite la oxigenación y destruye peces y plantas acuáticas. Un litro de aceite contamina 50.000 litros de agua.Materiales que hacen falta para fabricar jabón:· Aceite comestible usado de cualquier clase: soja, girasol, semillas, oliva. etc. Hay que pasarlo por un colador muy fino para quitarle las impurezas. · Un Tacho plástico de pintura (25 litros) · Palo de madera para revolver. · Moldes de plástico o tergopol. · Agua. · Soda cáustica. (Hidróxido sódico). · Sal común.· Medio vaso de lavavajillas para darle aroma al jabón.

¿CÓMO HACER EL JABÓN CASERO?



1.- Guardar el aceite usado hasta juntar dos litros y medio.


2.- Llenar un tacho con dos litros y medio de agua. Para fabricar panes de jabón de colores se puede añadir al agua colorante de tortas.


3.- En un ambiente ventilado y con la ayuda de un palo, diluir en el agua medio kilo de soda cáustica y un puñado de sal. Se producirá una reacción química "exotérmica" (calor) que requiere algunas horas hasta que se enfrié . La soda cáustica es un material que daña la piel si se pone en contacto directo con ella. Por eso es recomendable utilizar guantes y lentes protectores.


4.- Se vierte lentamente el aceite sobre la mezcla líquida llamada también "lejía cáustica", revolviendo en forma permanente (siempre para el mismo lado, porque de lo contrario se puede "cortar" el jabón). Se calienta la mezcla con mechero hasta alcanzar la temperatura de ebullición y se mantiene durante dos horas este tratamiento a los efectos de producir la "saponificación" de las grasas. Esta reacción química es la que combina el sodio de la lejía con los ácidos grasos provenientes de los aceites para dar forma a una "sal orgánica soluble" que la conocemos como jabón. Si quiere hacer jabón con esencias añada hierbas aromáticas u otros tipos de aromas naturales después de que la mezcla bajo la temperatura a 40ºC.


5.- Cuando la mezcla se espesa, se echa en los moldes y se deja endurecer durante varios días. Si tiene ansiedad por ver como salen los jabones puede acelerar el proceso colocando algunos panes en el congelador.6. Se sacan los jabones de los moldes. También se puede echar la mezcla en una bandeja grande. Se la deja reposar y antes de que se quede totalmente dura se corta en pastillas con un cortante común. Para que resulte más cómodo despegar los moldes se los puede enharinar o cubrir con aceite.



CLASIFICACION DEL JABÓN


Los jabones se pueden clasificar en ácidos, alcalinos y neutros. De origen animal o vegetal.Y por definición. La sal sódica o potásica de un ácido graso.´´jabón de glicerina ´´Es jabón transparente. Es un jabón que atraviesa un proceso en caliente donde se le adiciona azúcar y o alcohol como "solventes" para evitar que los cristales de jabón se opaquen.




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